Resumen del reportaje del Proyecto Agraria publicado en ABC CYL el 25 de mayo de 2023:
Empresas, universidades y centros tecnológicos se suman en AgrarIA, un consorcio que busca cómo mejorar con nuevas tecnologías los procesos agrarios.
Un sector tradicional, pero que camina de la mano de las nuevas tecnologías. El paso de los siglos no ha hecho variar el fin último de su actividad, el cultivo y la producción de alimentos, pero mucho ha cambiado en este tiempo sobre cómo mejorar lo que sale de la tierra y llega a la mesa. Incluso la inteligencia artificial (IA) puede contribuir a ello. Y es precisamente en lo que está embarcado el proyecto AgrarIA, que busca investigar la aplicabilidad y viabilidad de la Inteligencia Artificial junto con otras tecnologías relacionadas con la Industria 4.0 «en soluciones reales para definir nuevos métodos de producción agraria que redunden en que en el futuro el sector agroalimentario español sea más tecnológico, innovador, sostenible y comprometido con la eficiencia energética y la disminución de la huella de carbono», así como avanzar en el «reto» de una mayor digitalización.
Consorcio
Sellos de Castilla y León como 1A Ingenieros (Valladolid), la Universidad de Salamanca, Agerpix (Soria) e ITCL Centro Tecnológico (Burgos) forman parte de este consorcio integrado por 24 entidades, entre las que figuran pequeñas y medianas empresas y grandes firmas, centros de investigación y universidades. Todas con un objetivo: trabajar en «cómo mejorar con la Inteligencia Artificial ciertos procesos agrarios», señala Silvia González, responsable de este proyecto que arrancó en 2022.
Bajo el nombre de AgrarIA, la plataforma abarca «toda la cadena» de valor del sector agrícola, desde la producción a la transformación y la distribución, buscando «sinergias» que favorezcan «una rápida, eficiente, productiva y sostenible transformación del sector agroalimentario a medio-largo plazo». Cada eslabón está especializado y centrado en su campo. Por ejemplo, desde del Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL) se han desarrollado ya modelos de predicción del crecimiento de los frutos, de modo que ayudan a gestionar las estrategias de venta, optimizar la logística o saber cuándo han alcanzado el punto óptimo de maduración. Desde este centro con sede en Burgos también trabajan en la aplicación de tecnologías de sensorización y monitorización para la toma de datos con los que predecir cuándo una parcela necesita fertilizantes e irrigación. E incluso ambas cosas a la vez, de modo que se logra una gestión más eficiente del agua, un recurso que en un año de sequía cómo éste ha demostrado que debe ser usado con mimo, además de ahorrar costes energéticos.
«Reduce costes»
El agrario es «un sector muy duro» que adolece falta de mano de obra, reconoce Silvia González, quien apunta que el uso de la Inteligencia Artificial puede ayudar, por ejemplo, con un dron o una máquina que recorra las parcelas y detecte si las plantas deben ser tratadas o están listas para su recolección. «Reduce costes en momentos de falta de mano de obra», destaca, a la vez que pone el acento en que estos avances ayudan a controlar otros gastos.
Con la IA, señala, favorecen una «adecuada gestión del agua» o predecir «si es necesario o no regar» teniendo en cuenta la humedad de la tierra, las necesidades del cultivo y las predicciones meteorológicas. También «si es necesario abonar» y con qué cantidad. Y de la tierra, la mesa, también el proyecto AgrarIA aborda el envasado. El proyecto AgrarIA está financiado a través del Programa Misiones de I+D en Inteligencia Artificial del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital con fondos procedentes del Plan de Recuperación, Resiliencia y Transformación.