Érase una vez dos corzos que quisieron adentrarse en el camino hacia la cuarta revolución industrial. Como si de un cuento de Navidad o de ciencia ficción se tratase, hace apenas poco más de 24 horas la naturaleza se coló en nuestro centro tecnológico recordándonos el origen de las instalaciones en las que desde hace tres décadas se ubica ITCL Centro Tecnológico.

La sede del Centro Tecnológico, ubicado en el polígono de Villalonquéjar de la capital burgalesa, recibió la visita de dos moradores que hace apenas un siglo eran habituales en la zona. En aquellos tiempos en los que el campo no estaba ocupado por empresas, ni por carreteras, e incluso, ni por humanos… Los animales salvajes.

Como si de un viaje en el tiempo se tratara, una cría de corzo y su madre se colaron en las instalaciones del centro para recordarnos el poder de la madre Tierra; y que, los poderosos humanos, no somos los únicos que poblamos el planeta.

Una inusual visita

Inmersos, como cada jornada, en los pormenores de la industria 4.0, los retos que presenta la Inteligencia Artificial y en aquellos proyectos que buscan hacer de esta país un espacio más sostenible en materia medioambiental, un grupo de empleados atendió atónito a la visita de dos corzos. Los dos animales se despistaron en su periplo, quedando atrapados a las puertas del centro.

En su intento por descubrir los quehaceres de la éra tecnológica, los cérvidos intentaron sin éxito encauzar su camino de vuelta. Para ello fue necesaria la ayuda de varios empleados de nuestro centro, además de agentes de la Policía Local que devolvieron a su hábitat a la madre y a su cría.

Cuento de Navidad

Y fue así, como ajenos a la revolución del siglo XXI, madre y cría pusieron rumbo a su morada para seguir viviendo como lo hicieron sus antepasados hace siglos. Libres y en un medio ambiente que cada vez depende más de los moradores del siglo XXI. De ahí, que insistieran tanto en su camino para pedir a los humanos que les rescataron una mayor conciencia medio ambiental y proyectos más sostenibles que apuesten por la movilidad poco contaminante.

Ahora todos sabemos que no fue casual que se “perdieran” en las instalaciones de ITCL. El Cuento de Navidad tenía un cometido: pedir un deseo a la sociedad contaminante y despreocupada de 2019. “No olvidar que además de humanos, hay mucho más a nuestro lado…”.