Trabajo con Robots colaborativos

Autor: José Luis Arribas. Responsable Seguridad de Equipos de Trabajo de ITCL

En EMPRESA, S.A., uno de sus procesos productivos es llevado a cabo por dos trabajadores. Uno de ellos es un hombre o mujer sin ninguna característica especialmente relevante, con buen estado de salud y experiencia en su puesto de trabajo, pero que se equivoca en las tareas repetitivas y tiene limitada su carga de trabajo.

El otro, Robot, repite incansable las tareas más monótonas y peligrosas, parece que no se equivoca nunca y mueve sin dificultad cargas que el primer trabajador no puede ni levantar, no tiene lesiones por sobre esfuerzos y no se queja nunca; pero tiene un problema, no tiene la más mínima consideración con sus compañeros y, si los encuentra en su camino los golpea y aplasta con su cuerpo, o hiere con las herramientas y productos que manipula.

En EMPRESA, S.A. necesitan y quieren lo mejor de cada uno y, para evitar que el segundo dañe al primero, han decidido encerrarlo en una jaula para que no tengan contacto, trabajan juntos pero sin tocarse. Esto garantiza la seguridad del primer trabajador, pero tiene limitaciones.

¿Podrán trabajar juntos sin que Robot dañe a nuestro trabajador?

Visto de esta manera, la aparición del robot colaborativo (o cooperativo) es una evolución normal del desarrollo de las máquinas y equipos de trabajo. Como concepto tampoco es totalmente nuevo, ya que hace mucho que los humanos interaccionan con las máquinas, aunque aquí lo que cambia es la “autonomía” de movimientos de la máquina.

Robots colaborativos

¿Qué es un Robot Colaborativo?

Llamamos Robot Colaborativo a un robot diseñado para interaccionar directamente con un humano dentro de un “espacio de trabajo colaborativo”, que es el espacio de trabajo dentro del “espacio de seguridad” en el que durante su funcionamiento el robot y un humano puede desarrollar “tareas” de forma simultánea.

¿Qué ventajas tiene utilizar un Robot Colaborativo?

Fundamentalmente las derivadas de esta interacción más intensa entre el trabajador y el robot.

Además de las nuevas posibilidades que se abren en el diseño de procesos, se pueden indicar al menos las siguientes:

  • Reducción del espacio necesario. Los extensos vallados que delimitan zonas en las que trabajan los robots y no pueden entrar los trabajadores se reducen, pudiendo llegar incluso a desaparecer.
  • Se reduce el número de cortes de alimentación de energía a los robots sin reducir la seguridad, lo que aumenta la vida de componentes que dependen del número de ciclos de uso, como contactores, reduciendo costes de mantenimiento y reparaciones.
  • Se reducen las paradas, o que reduce pérdidas de tiempo e interrupciones del ritmo de trabajo.

¿Cómo compaginar la coexistencia de trabajadores y robots sin reducir la seguridad?

Desde el punto de vista preventivo y en relación con la normativa aplicable a equipos de trabajo, el R.D. 1215/1997 es de plena aplicación para el empresario usuario y, sin dudarlo, también la Directiva de Máquinas transpuesta por el R.D. 1644/2008 para el “fabricante”.

 

En una próxima comunicación desarrollaremos más en detalle este tema, que no debe disuadir a quienes se estén planteando la utilización de robots colaborativos.