Entrevistamos a Nydia Assaf Aragón. Founder and CEO EnLuz

Promotora de tecnología cuántica en Latinoamérica. Ingeniera electrónica, reconocida por SAS como una de las Top Women in Analytics. Líder en redes de mujeres y defensora de la inclusión en tecnología. 

ITCL- La trayectoria de Nydia Assaf Aragón es, como ella misma define, “poco convencional”.  Fundó la ‘EnLuz’ hace seis años con la intención de hacer más accesible la ciencia, y en particular los avances en Medicina y la tecnología. En este viaje se topó de lleno con la computación cuántica, “una disciplina que siempre le ha fascinado y que entiende será una auténtica revolución en ámbitos como la salud y la ciberseguridad”. Ella es la responsable de que la computación cuántica no suene a chino ya en Latinoamérica.

En su trayectoria, la experta en cuántica ha ocupado importantes puestos en el área de ciberseguridad, con un papel crucial en el campo de la criptografía y la resolución de problemas complejos; lo que le acercó al mundo cuántico con el objetivo de “comprender cómo funcionan los sistemas que procesan información y resuelven problemas, ya sean biológicos o sintéticos”.

Sin embargo, no fue hasta que se preguntó de qué forma iba a interactuar mi hija con la tecnología y qué tipo de sensores se usarían en el futuro, cuando se decidió a profundizar formalmente en la cuántica.  Así, la experta comenzó a capacitarse en los diferentes ecosistemas de computación cuántica y a participar en competencias, desarrollar proyectos de investigación multidisciplinares y compartir lo aprendido de una forma simplificada mediante programas educativos.

“Considero que el poder demostrar habilidades por medio de competencias/hackathons aceleró mi carrera y logré hacer proyectos de investigación en materiales con el Navy Nuclear Lab en Estados Unidos y constelaciones satelitales para el estudio de una anomalía electromagnética en Sur América”, apostilla en una entrevista concedida a ITCL con motivo de su participación en el mes de noviembre, en Burgos, en el Congreso Nacional ‘Nuevos Paradigmas para la Computación Cuántica’, que se celebrará el día 19 en el Fórum Evolución.

Este año, ha sido finalista en el Global Industry Challenge en el área de Quantum Neuro Nexus, organizado por ConnectedDMV y el Quantum World Congress. 

 

¿Qué le atrajo de este campo y qué le motiva a seguir investigando/desarrollando en él?

Cuando estudiaba electrónica, siempre tuve la sensación de que faltaba información. Me parecía ineficiente que, para resolver ciertos problemas, como en el diseño de relojes digitales, fueran necesarios tantos pasos adicionales. Con la computación cuántica y el concepto de entrelazamiento, descubrí que algunas interdependencias pueden representarse de una forma más completa y natural. 

Aun así, sigo convencida de que queda mucho por explorar. Por ejemplo, me interesa cómo los estudios sobre la materia oscura y la dinámica del vacío pueden influir en nuestra comprensión de los sistemas físicos. 

En paralelo, desde el ámbito de la neurociencia, me motiva la posibilidad de aplicar representaciones cuánticas en modelos gráficos para entender mejor la complejidad del cerebro. Y en áreas como los satélites y la ciberseguridad, lo que más me cautivó fue el concepto de teletransportación cuántica y sus posibles aplicaciones, que van mucho más allá de la criptografía.

Estado actual de la computación cuántica 

¿Cuál considera que es el mayor avance reciente en computación cuántica?

Más que resaltar un único avance tecnológico —que podría quedar desactualizado en pocas semanas— considero que lo más transformador ha sido la celebración del Año Internacional de la Cuántica (IYQ). Este marco ha generado una gran cantidad de eventos que no solo han abierto nuevas oportunidades de colaboración, sino que también han impulsado una divulgación global y necesaria sobre la ciencia cuántica, impulsando la investigación en casos de usos aplicados. 

A nivel técnico, los progresos en procesadores con mayor número de qubits, protocolos de corrección de errores y en el diseño de algoritmos híbridos cuántico-clásicos, marcan pasos importantes hacia sistemas más estables y con mayor capacidad para analizar sistemas o problemas por completo. 

Me entusiasma pensar en qué avances y artículos de investigación veremos el próximo año como resultado tanto de estas colaboraciones internacionales como de un mejor entendimiento del ecosistema cuántico. 

 

Desde su experiencia, ¿cuáles son hoy los principales retos técnicos y científicos quecenfrenta esta disciplina? 

Uno de los principales retos es que, debido a las limitaciones en la cantidad de qubits de calidad, debemos realizar análisis iterativos y fragmentados de un problema. Esto significa que no siempre podemos observar las interacciones globales que harían de la cuántica una herramienta verdaderamente transformadora. 

Por ejemplo, en el caso del estudio del cerebro, lo ideal sería analizar cómo distintas regiones reaccionan al mismo tiempo o de manera secuencial dentro de un mismo modelo. Hoy en día, al tener que dividir el problema, se pierde parte de esa complejidad natural que la computación cuántica podría capturar mejor si contáramos con procesadores más robustos y menos ruidosos. 

A esto se suma un desafío humano y científico: muchos especialistas en campos como la química, la biología o la neurociencia no siempre tienen la formación cuántica necesaria para identificar cómo y dónde aplicar algoritmos cuánticos que realmente aceleren

descubrimientos. Por eso, el trabajo interdisciplinario se vuelve esencial para superar estas barreras. 

¿Cómo ve la relación entre la investigación académica y el desarrollo industrial en este sector? 

Las colaboraciones interdisciplinarias son clave para el avance de este sector. En mi experiencia, los proyectos más enriquecedores han sido aquellos que reúnen no solo distintas disciplinas, sino también una combinación de académicos, profesionales de la industria e incluso el apoyo de centros de investigación nacionales.

Tanto en el desarrollo de nuevos materiales como en la exploración de aplicaciones cuánticas para el sector salud, hemos trabajado con médicos, químicos, ingenieros de materiales, biólogos e investigadores de distintas áreas. Esta diversidad de perspectivas permite abordar problemas complejos de una manera más integral y avanzar hacia soluciones con impacto real.

Aplicaciones y oportunidades 

¿Qué aplicaciones prácticas cree que tendrán un impacto real en los próximos 5 a 10 años?

En los próximos años veremos avances importantes en el sector salud. En el área de diagnóstico y prevención, surgirán más opciones de pruebas que capturen datos de forma distinta o que se complementen con modelos híbridos cuántico-clásicos aplicados al análisis de imágenes médicas, capaces de generar reportes más precisos y completos. 

En neurociencia y psiquiatría, espero progresos tanto en el diagnóstico por imágenes como en el tratamiento farmacológico de condiciones de salud mental y enfermedades neurodegenerativas. También veremos pruebas más exactas que permitan identificar compatibilidades, interacciones y efectos secundarios con mayor certeza. 

Más allá de la salud, en energía y ciberseguridad se darán cambios decisivos. En energía, será esencial responder a la creciente demanda global con sistemas más optimizados. En ciberseguridad, los avances ayudarán a mitigar los nuevos riesgos tecnológicos que acompañan la evolución digital. 

 

¿En qué sectores (energía, salud, finanzas, ciberseguridad, IA, etc.) percibe mayor potencial de disrupción? 

A corto plazo, el sector salud tendrá el mayor potencial disruptivo, gracias a la inversión actual, la investigación emergente y la proyección del aumento de qubits disponibles. 

En ciberseguridad, la disrupción también será significativa. No porque estemos ya en un mundo poscuántico —con algoritmos clásicos vulnerables—, sino porque existen

recomendaciones prácticas que pueden implementarse hoy para prepararnos, y la Unión Europea ha establecido 2030 como fecha límite para la adopción de estándares de criptografía poscuántica (PQC). 

En el sector financiero, tras un periodo inicial de disrupción, lo más probable es que surja un marco más estricto de regulación. 

¿Cómo cree que afectará la computación cuántica a la vida cotidiana de las personas?

El mayor impacto estará en cómo trabajamos y nos relacionamos con la información. Al integrarse en áreas como la salud, la energía, la ciberseguridad o las finanzas, la computación cuántica transformará la manera en que resolvemos problemas complejos, lo que se traducirá en servicios más personalizados, diagnósticos más precisos y sistemas más seguros y eficientes.

España y el contexto internacional 

¿Qué papel cree que tiene España (y Europa en general) en la carrera global por la computación cuántica? 

Gracias a la inversión, los recursos y las oportunidades de formación e investigación que impulsa actualmente la Unión Europea y, en particular, España, considero que el papel ideal es el de facilitar colaboraciones internacionales interdisciplinarias. Estas colaboraciones no solo deben fortalecer el ecosistema local, sino también contribuir al desarrollo socioeconómico en el llamado “sur global” —África y América Latina—. 

Nuestra motivación con los programas educativos de EnLuz es precisamente esa: empoderar a través del conocimiento y la generación de oportunidades, con un énfasis en que este conocimiento impulse el emprendimiento y el desarrollo económico sostenible. En este sentido, España está especialmente bien posicionada para colaborar con Latinoamérica, ya que la lengua compartida elimina una barrera importante de entrada y facilita la transferencia de conocimientos y oportunidades. 

¿Considera que el ecosistema español de investigación y está preparado para aprovechar esta oportunidad? ¿Y Castilla y León? 

Por supuesto. El campo de la computación cuántica está evolucionando con tal rapidez que el mejor momento para ampliar las colaboraciones interdisciplinarias y acelerar proyectos esa hora. 

En el caso de Castilla y León, el talento que se está desarrollando en instituciones como el ITCL, es notable. Figuras como Alejandro Mata Ali han inspirado a miles de entusiastas de la cuántica y han acompañado a investigadores de distintos países en la publicación de resultados. Si existieran canales formales más amplios para potenciar estas oportunidades, estoy convencida de que se generarían avances más diversos con un impacto doble: científico y económico, fortaleciendo la innovación y aportando beneficios concretos al desarrollo regional e internacional.

Formación y talento 

¿Qué competencias debe tener un profesional que quiera dedicarse hoy a la computación cuántica? 

Lo más importante es la curiosidad y la capacidad de reconocer que, entre más aprendes, más comprendes lo mucho que aún falta por descubrir. Esa actitud motiva a buscar conexiones entre distintas áreas, a identificar lo que falta en los procesos y algoritmos actuales, y a atreverse a proponer soluciones propias en un campo emergente donde cada aporte puede ser protagonista de un avance. 

Además, es fundamental destacar que existen habilidades y conocimientos transferibles. La computación cuántica requiere profesionales en múltiples roles —no todos son físicos o ingenieros—, por lo que hay espacio para especialistas en matemáticas, informática, biología, química, derecho y educación. También son esenciales los educadores, que forman a las nuevas generaciones, y los profesionales encargados de mantener la infraestructura cuántica, incluyendo sistemas de refrigeración, energía y soporte termodinámico, sin los cuales esta tecnología no podría operar. 

¿Qué recomendaría a jóvenes investigadores, ingenieros o estudiantes que desean incorporarse a este campo? 

Les recomendaría explorar todas las áreas de la cuántica: desde el hardware, los sensores y la corrección de errores, hasta los algoritmos y sus aplicaciones en casos de uso concretos. El abanico de posibilidades es enorme, y las colaboraciones interdisciplinarias son cada vez más frecuentes. 

En mi caso, por ejemplo, mi experiencia inicial era en ciberseguridad, y lo que más mefascinaba era la criptografía. Sin embargo, cuando tuve la oportunidad de investigar aplicaciones en desarrollo de materiales y bioquímica, descubrí un campo igual de apasionante. Entendí por qué ciertos algoritmos se aplicaban a problemas específicos y cómo otros podían acelerar descubrimientos en sectores estratégicos. Ese proceso de descubrimiento me inspiró incluso a proponer una idea novedosa para la competencia internacional de XPRIZE. 

¿Cómo ve la integración de la cuántica en planes de estudio universitarios y programas de formación especializados? 

Hoy en día la integración de la computación cuántica en los planes de estudios sigue siendo escasa, aunque está en expansión, lo cual es indispensable para el desarrollo del campo. Desde EnLuz llevamos tres años impulsando la divulgación en América Latina, pero aún no observamos cambios significativos en los currículos de la mayoría de instituciones educativas. Por eso trabajamos en paralelo en la capacitación de estudiantes y docentes, con el fin de acelerar el acceso a este conocimiento. 

Existen, sin embargo, casos positivos. El Tecnológico de Costa Rica ya ha comenzado a invertir en divulgación e investigación cuántica, y en Chile se están consolidando varios programas en colaboración con el gobierno, lo que demuestra un compromiso claro con la inversión y el apoyo para el desarrollo de esta disciplina.

Mirada al futuro 

Si tuviera que describir el estado de la computación cuántica en 2035, ¿cómo lo imagina?

En un mundo ideal, los avances en Medicina personalizada estarían disponibles para todas las personas, independientemente de su nivel socioeconómico. En un escenario más realista, para 2035 espero que podamos contar con pruebas de compatibilidad más avanzadas entre fármacos e individuos, gracias a procesadores con más qubits y menos errores, capaces de simular moléculas complejas y cadenas iniciales de reacciones químicas. 

Además, la computación cuántica permitirá progresos en áreas clave como la simulación de materiales resilientes a la radiación, con aplicaciones en energía, salud y exploración espacial, y el desarrollo de baterías más eficientes que reduzcan las pérdidas energéticas, esenciales para una transición energética sostenible. En el ámbito del modelado climático, podremos simular dinámicas más precisas, lo que apoyará la toma de decisiones frente al cambio climático. 

En lo cotidiano, la cuántica estará integrada de manera casi invisible en servicios de salud, energía y transporte, funcionando como un motor silencioso de innovación, tal como hoyocurre con la nube. 

¿Qué mensaje clave le gustaría transmitir al público general sobre la importancia de la cuántica? 

Más allá de pensar en dónde se logrará una aceleración cuadrática del cómputo, lo importante es identificar en cada disciplina qué partes de un problema tienen dinámicas que se asemejan a un sistema cuántico. Es en esas áreas donde la aplicación de algoritmos cuánticos puede generar avances reales. 

Es necesario que cada campo identifique no solo sus retos en tiempo de cómputo, sino también en la estructura y naturaleza de los datos. Con los sistemas híbridos cuántico-clásicos, incluso transformar una sola parte del problema y simplificar el algoritmo clásico ya representa un avance significativo. 

Lo esencial es entender que la cuántica no es solo un tema de laboratorios: sus aplicaciones tendrán impacto en áreas que afectan nuestra vida cotidiana —como la salud, la energía y el medio ambiente—, y deben desarrollarse con un enfoque de accesibilidad e inclusión, para que sus beneficios lleguen a todos.