Fuente: ICAL
El 70% se generó en las fundaciones Cidaut y Cartif, con sede en Boecillo, que aglutinan a 507 trabajadores, tres cuartas partes de los 754 que recogen estas instalaciones.
Los ingresos de los seis centros tecnológicos de Castilla y León cayeron el 28,2% en 2010, en relación con el inicio de la crisis tres años antes, hasta los 46,4 millones de euros (frente a los 64,6 millones de 2007), un aspecto que contrasta si se tiene en cuenta que prácticamente se ha mantenido el personal en estos años y que solo han desaparecido siete empleos en el total de la comunidad, al pasar de 761 a 754.
En la actualidad, la red de seis centros de estas características que existe en la Comunidad abarca amplias áreas de desarrollo, entre las cuales se encuentran sectores considerados estratégicos y emergentes para la región. Se trata de las fundaciones Cartif, Cidaut y Cedetel, ubicadas en el Parque Tecnológico de Boecillo (Valladolid); el Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL), en Burgos; el Centro Tecnológico de Miranda de Ebro (CTME), e Inbiotec, en León.
En 2010, el 70 por ciento de los ingresos se generó entre las fundaciones Cidaut y Cartif, con 19 y 13,91 millones de euros, respectivamente. Además, aglutinan entre ambas a 507 trabajadores, tres cuartas partes de los 754 que componen la plantilla de estos centros en la región, de los que 310 corresponden a la primera y 197 a la segunda. Con estas cifras, ambos se erigen en los dos principales centros tecnológicos de la Comunidad, ya que además la mayor parte de sus ingresos procede de facturación a empresas (13 millones Cidaut y 9,27 Cartif). Entre todos los centros, para alcanzar los 46,4 millones en ingresos, obtuvieron una facturación privada de 26,6 millones de euros, un apartado que sufrió el pasado año una importante reducción del 20 por ciento respecto a 2007, justificada sobre todo en el descenso registrado en Cidaut, que pasó de 24 a 13 millones en este ámbito. También disminuyeron un 69 por ciento las subvenciones de la Administración de Castilla y León hasta los 7,1 millones de euros (19 millones hace cuatro años), si bien creció ligeramente el montante procedente de ayudas para programas nacionales (que pasó entre los seis centros de 3,3 a 4,3 millones) y el de los de carácter europeo (que se elevó de los 2,1 a los 2,3 millones). En el apartado de otros se integran 5,8 millones de euros (frente a los 6,4 de 2007).
Elementos básicos
Los centros tecnológicos de la Comunidad son uno de los elementos básicos del sistema de I+D+i regional, no solo por su papel de conexión entre la generación de conocimiento científico y tecnológico y su aplicación en el horizonte empresarial, sino también por el alto nivel de las actividades que desarrollan. Debido a su vinculación con la universidad, se constituyen como puente entre la investigación básica realizada entre ésta y el tejido productivo, al que dirigen su actividad para lograr la mejora competitiva de sus empresas cliente, mediante la incorporación y desarrollo de tecnologías e innovaciones, así como a través de la prestación de servicios de calidad.
Antes de la aparición de la crisis económica ya existían grandes diferencias en el grado de colaboración de los centros tecnológicos de la región con el sector empresarial. Mientras que algunos mantenían una comunicación fluida, con una facturación que supone entre el 50 y el 70 por ciento del total de los ingresos, como es el caso de Cidaut y Cartif, otros situaban su colaboración en porcentajes entre el 10 y el 30 por ciento. Las diferencias en su tamaño se hacen también evidentes en las cifras de presupuesto total de proyectos de colaboración con empresas, en las que los dos centros de Boecillo sumaban prácticamente nueve de cada diez euros del total.
Mantenimiento de personal
Por lo que respecta a la plantilla de este tipo de centros, de los 754 que contabilizaron en el último año disponible, 2010, 614 contaban con un contrato a tiempo completo, es decir, ocho de cada diez, a los que se suman 84 colaboradores a tiempo parcial y 56 becarios. De los empleados fijos, el 43,5 por ciento corresponde a titulados superiores (328) y el 13,53 a titulados medios (102). Por último, otros 184 trabajadores desempeñan su labor en los seis centros tecnológicos de la Comunidad, con estudios administrativos y de Formación Profesional (FP). Hasta el año 2008 seguían una línea de crecimiento en todas las categorías, que se tornó en descenso en todas ellas en el bienio 2009-2010, excepto en la de titulados superiores.
Si se tiene en cuenta el caso de cada centro, la plantilla incluso ha aumentado en algunos de ellos, como en Cidaut, que se incrementó en una decena de personas desde 2007, hasta los 310. Algo similar ocurrió en Cartif, hasta los 149 empleados, que tienen una edad media de 36 años y una antigüedad de unos diez años. Entre todos estos trabajadores desarrollaron el pasado año 115 proyectos en global en esta fundación, algo que demuestra la evolución de estos años en estos centros, dado que en el 2000 la cifra ascendía a solo 41. Del total, 77 se vinculaban con proyectos de bajo contrato, 21 de carácter europeo y 17 de investigación genérica.
En el caso de Cedetel, otro de los importantes centros de la Comunidad, el volumen de ingresos alcanzó los 5,41 millones de euros, lo que demuestra que se vio afectada por la crisis, ya que representa un 17 por ciento menos que en 2009, un ejercicio que ya en su momento supuso un 38 por ciento de caída en relación con el año anterior. En la misma proporción se ha reducido la plantilla, que en la actualidad está formada por 48 personas. El presupuesto destinado a I+D+i en 2010 se situó en 1,9 millones. Un dato relevante es que por primera vez el peso de la actividad subvencionada es inferior a la factura a terceros, lo que ha llevado a Cedetel, que en julio cambió su forma jurídica de asociación a fundación, a adoptar una estrategia de orientación al mercado. Además, uno de cada tres proyectos ejecutados por el centro tecnológico es regional, mientras que el 55 por ciento es nacional y el 15 restante, internacional.
De cara a 2012, Cedetel se marca como objetivo mantener las cifras de este año, que prevén un volumen de ingresos de 2,95 millones, es decir, un 45 por ciento por debajo de 2010. Aún así, el centro estima que hay que tener en cuenta algunas variables del entorno, como son, según informa la propia fundación, «la incertidumbre con respecto a la cartera de proyectos con empresas y administraciones públicas y el marco económico que nos rodea».
Por lo que respecta a ITCL, 2010 supuso un punto de inflexión en la senda de crecimiento continuado en el volumen de actividad que registraba en los últimos diez años. No obstante y a pesar de la crisis, la cifra de ventas alcanzó los 4,7 millones, la tercera más alta en sus 20 años de historia solo superada por los 6,1 millones del año pasado y los cinco de 2008. Este crecimiento se determina por una “apuesta de la mejora continua, la innovación en los procesos internos y externos y la búsqueda de soluciones y desarrollos técnicos, así como la formación de los empleados”.
En 2010, al contrario que sucedió con Cedetel, casi nueve de cada diez euros de los ingresos totales se referían a la facturación directa a empresas, mientras que el resto provino de subvenciones gracias a la participación del centro en proyectos de innovación tecnológica y de investigación, tanto en Castilla y León como en el ámbito nacional e internacional. En cuanto a la plantilla, rondó en 2010 los 52 trabajadores, si bien es cierto que el empleo en ITCL soporta una fuerte rotación, aunque siempre en torno a esa cifra. De ellos, cuatro de cada diez son titulados superiores y el 29 por ciento, titulados medios.