- La patronal y el Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL) consideran fundamental potenciar la atracción y mantenimiento de talento
- Para ello, se insta a buscar nuevas inversiones y proyectos para la ciudad
FUENTE: BurgosConecta.es
La provincia de Burgos cerró el pasado mes de noviembre con una media de 10.180 extranjeros afiliados a la Seguridad Social, lo que la sitúa a la cabeza de Castilla y León en este sentido. Y es que, a pesar de que tanto Valladolid como León cuentan con mayor población, ninguna de las dos provincias alcanzan el volumen de trabajadores extranjeros que refleja Burgos. De hecho, tras Valladolid, que contaba con 9.128 afiliados de origen extranjero, Segovia se sitúa en tercer lugar de la estadística regional con 7.092, un dato cuanto menos curioso teniendo en cuenta que la provincia segoviana es una de las menos pobladas de la comunidad.
El 12,72 por ciento de los desempleados en Burgos es inmigrante
En este sentido, la inmensa mayoría de los trabajadores extranjeros de la provincia están afiliados bajo el régimen general de la Seguridad Social (7.169 en noviembre), mientras que otros 467 están afiliados en el régimen especial del sector agrario y otros 1.314 en el planteado para el sector del hogar. El bloque lo cierran los autónomos, que en noviembre eran 1.230 de media. Además, cabe destacar el peso específico que asumen en este ámbito los trabajadores comunitarios.
Esos son algunos de los datos utilizados por el Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL) para redactar el informe sobre ‘Situación y caracterización de los trabajadores inmigrantes en Burgos’, un estudio solicitado por la Confederación de Asociaciones Empresariales (FAE) cuyas conclusiones han sido presentadas en sociedad esta mañana. Y la fotografía de situación presenta claros y oscuros a partes iguales.
Sin duda, la parte positiva es el dinamismo del sector laboral y económico burgalés, que permite que la provincia se sitúe a la cabeza de la recuperación en Castilla y León. Pero la parte negativa es que el colectivo inmigrante, considerado “muy importante” para la economía, mantiene muchos signos de incertidumbre. De hecho, el desempleo sigue siendo mucho más elevado entre el colectivo inmigrante que entre los nacionales. Prueba de ello es que el 12,72 por ciento de todos los parados de Burgos son inmigrantes, mientras que el peso del colectivo dentro del conjunto de la población es mucho más reducido.
Características propias y compartidas
Asimismo, el mercado de trabajo inmigrante presenta ciertas características propias, como una mayor dependencia de sectores como los servicios, cuyo trabajo es más volátil y precario. Eso sí, extranjeros y nacionales comparten una característica común en este sentido, y es que la tasa de temporalidad en ambos casos ronda y supera habitualmente el 90 por ciento.
Lo que sí diferencia ambos colectivos, y mucho, es la movilidad geográfica. Y es que, el número de extranjeros que residen en Burgos y deciden migrar a otra ciudad es mucho mayor que el de autóctonos -que ya es alto de por sí-, alcanzando durante el pasado 2015 el 13,17 por ciento. Se trata de una cifra “muy preocupante” según Chema Vela, director del ITCL, que insiste en la necesidad de articular las medidas necesarias para atraer y retener talento, ya sea nacional o extranjero.