Fuente: Diario de Burgos

FAE ha empezado a mover fichas para consolidar su idea de dar a conocer Burgos como un parque de proveedores altamente cualificado para dar servicio a las grandes empresas e intentar competir así con los proyectos que la Junta de Castilla y León está impulsando en Valladolid, Palencia y Ávila, para atender a las demandas de los fabricantes de automóviles Renault, en los dos primeros casos, y Nissan. Con esa finalidad ha desarrollado el Plan de Tracción Industrial para Burgos, una iniciativa del Consejo Industrial de la patronal que pretende implicar a las compañías líderes en la provincia para que tutelen, asesoren y apoyen a pymes locales en su transformación como potenciales proveedores de la gran industria.

El objetivo último de esta iniciativa es que los más de 170 millones de euros que las grandes empresas burgalesas del sector industrial y de la construcción subcontratan cada año sean aprovechados y beneficien al gran tejido de pymes especializadas que pueblan los polígonos de Burgos. La patronal estima que al menos 60 millones de euros de esa inversión anual aún no se están contratando en Burgos, cuando hay oportunidades y oferta cualificada para que pueda ser así. En muchos casos, no se invierte aquí porque se desconoce lo que se está haciendo en la provincia y la capacidad de respuesta y la competitividad de los precios de muchas de sus pymes.

El Plan está dando ya sus primeros pasos de la mano del Grupo Antolín, la multinacional Skretting (fabricante de piensos para acuicultura ubicado en Cojóbar) y Campofrío, que ya han mostrado su interés en participar en reuniones de trabajo con empresas asociadas a FAE a las que darán pautas para que implanten técnicas y metodologías de mejora productiva, de mejora de la calidad y los servicios, el desarrollo de productos y la gestión empresarial. Asimismo, les asesorarán en la apertura de nuevos mercados nacionales e internacionales y les facilitarán la participación en proyectos de innovación e I+D.

Desde FAE, que coordinará estos encuentros, se insiste en que es un proyecto «a largo plazo» y abierto a más industrias tractores, que no incluye de entrada un compromiso de trabajo entre las partes participantes, aunque sí que se intentarán buscar acuerdos de colaboración que puedan culminar en una relación comercial entre ellas. Es más, se aspira a que las pymes participantes se transformen en proveedores de la gran industria, en cualquier parte del mundo donde se encuentre.

Sectores

El Plan de Tracción Industrial, diseñado por el Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL), incide especialmente en los sectores más activos de la economía burgalesa:la fabricación de productos metálicos, de productos minerales no metálicos, la industria de la alimentación, la fabricación de bebidas, la industria de la madera y la química.
El compromiso inicial del Grupo Antolín, Skretting y Campofrío es poner a disposición de las empresas interesadas a sus profesionales y darles a conocer sus métodos de trabajo con los proveedores y los requisitos que tienen que cumplir.
«No queremos imponer proveedores a las empresas tractoras sino formar pymes para que puedan competir en Burgos, en España o en otros países», explica Miguel Ángel Benavente, presidente de FAE, quien insiste en que «tenemos que concienciarnos de que tenemos un gran potencial de proveedores de primer, segundo y tercer nivel, algo que muchas veces desconocemos y que tenemos que cuidar ahora para que no desaparezca en el futuro».

Tomando como ejemplo lo ocurrido con el Polo Industrial hace ahora 50 años, Benavente hace hincapié en la idea de sentar las bases ahora para que la industria no desaparezca de Burgos y que decisiones estratégicas de grandes compañías, como es el caso de Renault o Nissan, no supongan un riesgo de deslocalización de proveedores y de pérdida de empleo de calidad en la provincia en las próximas décadas.