Todas recuerdan su primer ordenador- que llegó en el mejor de los casos cuando ya superaban los doce o cuando su DNI marcaba la mayoría de edad. El acceso a aquellos dispositivos con los que pasaron decenas de horas investigando y trasteando, unido a una curiosidad infinita, la lectura de biografías de personajes como Marie Curie o Einstein y el apoyo incondicional de sus familias- que les dejaron cursar los estudios universitarios que ellas decidieron, “para que fueran felices”- les han convertido hoy en profesionales técnicas y en referentes para las mujeres del futuro.
No hace falta irse muy lejos. Todas ellas trabajan en ITCL Centro Tecnológico y con distintos perfiles, trayectorias y currículums comparten la pasión por la ciencia y la tecnología y son ‘MUJERES STEM’. Un reflejo de la sociedad actual, donde buena parte de las mujeres trabajan en puestos de responsabilidad ligados al mundo de la ciencia, la tecnología y la investigación; y que en muchos de esos casos, compatibilizan con una vida familiar en la que hay parejas, hijos y otras responsabilidades, no menos importantes.
Silvia González, doctora en Informática del Grupo de Investigación Electrónica Aplicada e Inteligencia Artificial de ITCL vió su primer ordenador en casa tras matricularse en Informática en la Universidad de Burgos. Una paradoja que no le impidió cursar sus estudios universitarios y doctorarse en los mismos para ser hoy un referente en Inteligencia Artificial.
“Mi familia siempre me ha apoyado, cualquier cosa que estudiase que me hiciera feliz les valía. Como el tema de estudios se me alargó un poquito con el doctorado la pregunta más bien era cuándo iba a dejar de estudiar”, recuerda con cariño la burgalesa, que no se olvida del porcentaje de mujeres con los que compartió pupitre en la Universidad, “puede que solo un 5 por ciento”.
13% Mujeres en carreras STEM
Pese a que el 58 por ciento de las personas matriculadas en las universidades españolas en la actualidad son mujeres, apenas el 13 por ciento del alumnado de carreras STEM son mujeres, según un estudio de la OEI. E incluso cuando nos centramos en carreras como telecomunicaciones e ingeniería informática, la cifra de mujeres matriculadas baja hasta el 5 y 3 % respectivamente, y además la presencia de mujeres en carreras STEM no solo no están aumentando sino que se estancaron hace unos 5-6 años e incluso están disminuyendo.
Como para el resto de sus compañeros que trabajan en ITCL el día a día de nuestras compañeras es complejo y lleno de responsabilidades. Berta Alonso, se encuentra desde hace años en el Departamento de Formación de ITCL para dar forma a novedosos paquetes y cursos formativos con los que atraer a directivos y responsables de todo el país. Un trabajo que “le llena” y que le permite recuperar parte de su formación universitaria como ingeniera. Ella se dedica a la formación y tras ser madre, como muchas mujeres, se vio obligada a reducir su jornada laboral adaptando su día a día a la crianza de su hija impartiendo formación a media jornada.
Esfuerzo diario porque “no se regala nada”
Como ella, Blanca Moral reconoce que “cada día supone un esfuerzo” porque, como sucede con sus compañeros, todas saben que “hay que trabajar duro y luchar día a día, porque no hay regalos. Todo lo que se consigue es en base al mérito y al trabajo de cada uno”.
Precisamente, la responsable de Proyectos Nacionales y Regionales de la Oficina de Transferencia Tecnológica (OTRI) de ITCL, reconoce que su día a día es complejo, lo que demanda una buena organización. “Suelo tener todo. muy organizado y planificado de reuniones y de momentos para escribir propuestas técnicas o revisar informes de proyectos. Por lo general supone una alta dedicación, de muchas horas de trabajo, más allá del horario de la empresa”, asevera.
Al igual que el resto de sus compañeros, todas ellas trabajan en un centro tecnológico en el que más de 70 investigadores desarrollan proyectos muy vinculados a las necesidades de las empresas en sectores tan diversos como industria, salud o defensa dentro de grupos de investigación con gran experiencia en líneas de investigación en diseño electrónico, sistemas embebidos, inteligencia artificial, realidad virtual y aumentada, modelado energético y aplicaciones en industria 4.0.
Vocaciones científicas
Blanca Delia Real, doctora en Química y técnico de proyectos de la Oficina de Transferencia Tecnológica (OTRI) siempre tuvo clara su vocación científica y que su mundo debía de orientarse hacia la Química. “Creo que siempre quise ser química, no sé muy bien por qué pero lo tuve clarísimo. Siempre quise un juego de experimentos que no llegó nunca. Luego la vida me ha llevado por otros caminos igual de interesantes”, apostilla.
Como ella, la actual directora de Mercado de ITCL y doctora en Física, Carmen Iglesias, tuvo desde niña mucha curiosidad por entender el porqué de las cosas y por aprender. “Desde los 7 años que leí las biografías de Marie Curie y Albert Einstein, sentí una gran atracción por la Física”, evoca Iglesias, quien recuerda como en su último año de carrera, en 1999, sintió que además de conocer la «teoría» quería empezar a hacer cosas «prácticas»; y fue cuando empezó a colaborar como becaria en el Departamento de Física de Partículas del CIEMAT. El comienzo de una meteórica carrera ligada al mundo de la Física y la tecnología.
Trabajo vs Familia
Conciliar la vida personal con la laboral es para muchas de nuestras compañeras uno de los retos más complicados de su día a día. A las responsabilidades profesionales, se unen horarios complicados aunque todas reconocen que “pueden y han podido con ambas responsabilidades” sacrificando en ocasiones tiempo de ocio para estar con sus familias.
Muchas de las protagonistas de este reportaje son, además de un referente para las stem del futuro, madres de familia. Este es el caso de Blanca Delia Real, quien trabaja seis horas por la mañana lo que le permite conciliar la vida laboral con la familiar. Es su marido quien lleva a sus dos hijos al colegio, mientras que ella se encarga de recogerlos.
“La flexibilidad horaria que tenemos para entrar y salir a trabajar me permite no tener que dejarles en el comedor del colegio y la verdad tener las tardes libres también me da la oportunidad de poder organizarme con los niños mientras mi marido trabaja sin tener que depender de familiares”, apostilla.
El contar con un horario adaptable es lo que también le permite a Mónica Cámara, del Grupo de Investigación de Electrónica Aplicada e Inteligencia Artificial de ITCL y referente en tecnologías aplicadas a la salud, poder compaginar su trabajo como programadora en distintos lenguajes con el cuidado de su hijo de 15 meses.
En esta línea, Blanca del Moral confiesa que “la conciliación no siempre ha sido fácil, pero la flexibilidad y la comprensión de su familia ha supuesto mantener un frágil equilibrio”. Así, cree que “el reparto de tareas es importante, pero no siempre es equilibrado en el día a día”. En su caso, lo tiene claro: “el trabajo es importante, pero la familia lo es más”.
Retos de futuro
Hablar de mujeres es hablar de retos. Las protagonistas de estas líneas coinciden en que “pese a que se ha conseguido una mayor presencia de féminas en puestos científico-técnicos queda mucho por hacer”. Barriendo para casa, cabe destacar que en ITCL apenas un tercio de sus trabajadores son mujeres. Un porcentaje que ha aumentado en los últimos años y se presupone crecerá en el futuro.
Mejorar los modelos de conciliación, que sean más acordes con las necesidades de los empleados, fomentar el teletrabajo y la flexibilidad son algunas de las demandas que comparten muchas de las mujeres que trabajan en ITCL.
“Somos nuestras mayores enemigas cuando consideramos que no podemos alcanzar nuestros objetivos por ser mujeres”, argumenta Silvia González, quien coincide con el resto de sus compañeras en que “cada vez son más las que llegan donde quieren llegar”, pese a que los puestos de responsabilidad todavía tienen en gran parte sello masculino.
El futuro es de ellas
Una barrera que no ha impedido a algunas como a Carmen Iglesias acceder a puestos de responsabilidad en numerosos centros tecnológicos españoles y ser hoy referente en programas STEM de calado nacional.
“Estoy convencida de que la siguiente generación de niñas y mujeres va a tener un papel protagonista y no secundario en el liderazgo de empresas, países y organizaciones. Yo lo veo en mis hijas y en sus amigas, y me siento orgullosa de ellas como mujer. Son fuertes, decididas, estarán ampliamente capacitadas y preparadas y se van a comer el mundo”, concluye. Está claro, el futuro es de ellas.