¿Por qué sigue habiendo máquinas inseguras?

Los cambios y el desarrollo industrial y empresarial que se han producido en las últimas décadas han alcanzado también a las máquinas que se utilizan en nuestras fábricas y lugares de trabajo. Sin embargo, pese a los esfuerzos normativos y de regulación comunitaria se siguen produciendo accidentes. ¿Cuál es el motivo? ¿Por qué sigue habiendo accidentes en máquinas que se presuponen seguras?

La implantación del Marcado CE obligatorio en máquinas comercializadas o puestas en servicio a partir del 1 de enero de 1995, ha impulsado decididamente la convergencia hacia un entorno técnico común entre los países de la Unión Europea que más habían desarrollado el nivel de seguridad de sus máquinas y los que se miran en ese espejo.

La exigencia de la Directiva de Máquinas (actualmente en vigor la 2006/42/CE) de cumplimiento de unos requisitos esenciales de seguridad y salud (R.E.S.S.) conduce de modo inevitable, cuando el fabricante hace bien su trabajo de evaluación de la conformidad, a máquinas más seguras, máquinas con las que debería ser difícil tener un accidente y, en las que, sin embargo, se siguen produciendo. 

Más de 30.000 accidentes con maquinaria en 2021

A tenor de los datos oficiales que proporciona el Ministerio de Trabajo, entre enero y octubre de 2021 se produjeron 17.928 accidentes asociados a operaciones con máquinas, de los cuales 17.639 fueron leves, 268 graves y 21 mortales. 

A estos hay que añadir otros 14.849 asociados al uso de herramientas manuales con motor (que técnicamente son máquinas), de los que 14.704 fueron leves, 138 graves y 7 mortales y, desgraciadamente, aún deberíamos añadir algunos más en la utilización de equipos de transporte de los que algunos son también máquinas y todos ellos equipos de trabajo. 

Todos esos siniestros no se deberían haber producido.

Una visión desde la aplicación de la normativa de Marcado CE. Obligaciones legales de seguridad

La Directiva 2006/42/CE de Máquinas establece como obligación legal que las máquinas sean seguras, no sólo cuando se utilizan como ha previsto el fabricante sino incluso cuando se utilizan de un modo inadecuado pero previsible. Con un parque de maquinaria seguro el número de estos accidentes debería reducirse drásticamente.

R.E.S.S. Nº 1.1.2.a) “Las máquinas se deben diseñar y fabricar de manera que sean aptas para su función y para que se puedan manejar, regular y mantener sin riesgo para las personas cuando dichas operaciones se lleven a cabo en las condiciones previstas, pero también teniendo en cuenta cualquier mal uso razonablemente previsible.”

Situaciones de inseguridad

A nivel nacional, los técnicos de ingeniería, de mantenimiento o de prevención con más de dos décadas de experiencia pueden reconocer de un modo claro una evolución positiva del nivel de seguridad del parque de maquinaria y, sin embargo, seguimos encontrando situaciones manifiestamente inseguras, muchas de las cuales pueden deberse a:

• Pervivencia de restos de un parque de maquinaria obsoleto. 

Máquinas y equipos de trabajo que se pusieron en servicio antes de la entrada en vigor de la Directiva de máquinas y que no fueron diseñados buscando el cumplimiento de unos mínimos de seguridad, sino simplemente en base a criterios productivos.

En muchos de estos equipos se aprecia claramente que el fabricante no desarrolló una estrategia de prevención de los riesgos de atrapamiento, corte, cizallamiento, golpe, riesgos asociados a la puesta en marcha intempestiva, etc., sino que primaron otros criterios como la productividad.

En las auditorías de seguridad de máquinas y equipos de trabajo que realizamos desde el ITCL encontramos con frecuencia muchas situaciones de equipos inseguros utilizados con un mayor o menor conocimiento de su nivel de riesgo.

• Desconocimiento de las propias obligaciones como fabricante cuando se realizan modificaciones o integraciones en máquinas.

Con frecuencia, tanto por mejoras productivas como por reparaciones o actualizaciones de máquinas que acaban convirtiéndose en auténticas modificaciones, estas máquinas sufren cambios que invalidan la certificación original, convirtiendo al usuario en el nuevo fabricante y, lo que es más grave, alterando las condiciones de seguridad.

Tanto lo indicado en el punto anterior como la integración de máquinas en el sentido de la Directiva, son dos vías para convertirse en el nuevo fabricante, con todas las obligaciones del mismo, incluidas las asociadas a la realización de una nueva Evaluación de la Conformidad y un nuevo Marcado CE.

• Fabricantes que, por falta de escrúpulos o por falta de conocimiento o capacidad técnica, no realizan un diseño y construcción seguros de sus máquinas, que justifiquen claramente el cumplimiento de los R.E.S.S. de la Directiva de Máquinas.

Obligación legal desde 1995

Aunque resulte sorprendente (es una obligación legal desde el 1 de enero de 1995) aún hay fabricantes que no realizan el Marcado CE o se limitan a colocar la placa sin nada más. En algunos de estos casos, la simple lectura de la Declaración de Conformidad muestra claramente que el fabricante no conoce siquiera la normativa que le aplica (encontramos frecuentemente casos de Declaraciones de Conformidad en las que se indica el cumplimiento de normativa derogada o que simplemente no es aplicable a estas máquinas).

En estos casos, el propio usuario a veces es víctima de su confianza en el buen hacer del fabricante, aceptando como segura una máquina sólo por el hecho de tener Marcado CE. En estos casos, una auditoria previa (aunque sea somera) antes de la recepción de la máquina aporta la garantía de que el equipo comprado tiene unos niveles mínimos de seguridad y cumple la normativa legal de aplicación.

En septiembre de 1996 el ITCL creó un departamento para ayudar a las empresas a cumplir con sus obligaciones en materia de seguridad de máquinas y equipos de trabajo y, aunque desde entonces el nivel de conocimiento y la implicación de los fabricantes ha aumentado considerablemente, aún se encuentran muchas situaciones de incumplimiento.

En el ITCL Centro Tecnológico llevamos 25 años ayudando a las empresas a cumplir con la normativa de seguridad de máquinas y equipos de trabajo y, lo que es más importante, a evitar que se produzcan siniestros relacionados con los mismos. 

En este tiempo hemos trabajado con fabricantes de máquinas, con usuarios (empresas grandes y pequeñas) que no son fabricantes y con otros que sí que han adquirido esta condición (por modificación de sus máquinas, integración o fabricación directa) y, en todos los casos, existe una voluntad clara de evitar situaciones inseguras y daños a los trabajadores, pero esta voluntad se convierte a menudo en un voluntarismo estéril cuando:

• Se ponen los criterios económicos por delante de la seguridad.
• Se omite la realización de un análisis sistemático de la normativa aplicable.
• Se desconocen o se rechazan las posibilidades de los sistemas de seguridad de última generación.

En nuestra opinión y en base a la experiencia acumulada, la seguridad es rentable y la mejora de las condiciones de seguridad de máquinas y equipos de trabajo forman parte inevitable de la evolución hacia lugares de trabajo más productivos.