¿Se imaginan un chip insertado en los aparatos más cotidianos con los que trabajamos o usamos todos los días y que faciliten nuestra vida?
Ésta es una forma sencilla de aplicar y explicar el Internet de las cosas o IoT. Son habituales las informaciones que hablan de la presentación de electrodomésticos que pueden detectar nuestras necesidades, registrar esos datos y ofrecernos la posibilidad de rellenar la nevera de nuestra casa, programar la calefacción de casa, el aspirador o conocer nuestra tensión arterial a través de un dispositivo colocado en nuestro reloj.
No estamos hablando de futuro, estamos hablando de presente a través de una tecnología ya implantada y en la que se sigue trabajando para terminar de explorar y conocer sus múltiples aplicaciones. Este concepto de Internet de las Cosas o IoT, según el nombre en inglés, nació en el Instituto de Tecnología de Massachussttes (MIT) en Estados Unidos, para explicar esta nueva relación que ha dejado de ser ciencia ficción para pasar a formar parte de la realidad de los ciudadanos y de las industrias. La conectividad de estos objetos, cotidianos o profesionales, va a posibilitar que se conviertan en objetos que puedan ser autónomos a la hora de poder tomar ciertas decisiones en función de los datos que hayan recibido desde su programación.
Conectividad de los objetos
Algunos estudios indican que, en el año 2020 se puede llegar a haber cerca de cincuenta mil millones de dispositivos conectados a Internet de los que la tercera parte pueden llegar a ser ordenadores, teléfonos inteligentes, tabletas y televisores. El resto de elementos conectados podrán ser diferentes tipos de sensores y dispositivos inteligentes que controlarán y analizarán todo lo que nos rodea mundo. Estos sensores y dispositivos cada vez son más pequeños y su evolución ha provocado que se abarate su coste por lo que su uso masivo está cada vez más cerca. Antes de lo que se pueda imaginar, va a ser posible que este tipo de tecnología sea común en un amplio sector de la población mundial.
Este abaratamiento en el coste de los sensores conectados que caracterizan el Internet de las Cosas va a implicar que su uso, también en el sector de la producción fabril, sea más amplio y completo. Estos sensores aplicados a la industria pueden facilitar el registro de datos, por ejemplo, de la producción de una máquina, de tal manera que a través del análisis de estos datos se pueda mejorar la producción de esta instalación lo que se puede traducir en un importante incremento de la productividad de una planta o de una empresa. Además, a esta situación se añade otra ventaja y es poder controlar, desde un sistema remoto, esas máquinas para poder facilitar su ajuste ante cualquier variación, anómala o no, en ellas.
Internet de las Cosas en el sector industrial
Las aplicaciones del Internet de las Cosas son factibles en todos los sectores productivos. De esta manera, además de las ventajas que esta tecnología aporta al sector industrial, encontramos procesos de IoT en el sector sanitario que facilitan un mejor análisis de parámetros en la atención a los pacientes. También encontramos cómo este sistema mejora la conectividad en espacios donde, hasta ahora, resultaba muy complicado. Pero las aplicaciones del Internet de las Cosas incluye más implicaciones en la creación de nuevos puestos de trabajo que antes no se planteaban así como nuevos modelos de negocio también ligados a IoT. El sector primario, agricultura y ganadería, también se va a ver beneficiado por esta tecnología a la hora de gestionar, por ejemplo, regadíos o de controlar la producción animal.
LA IMPORTANCIA DE LA CIBERSEGURIDAD
Ciberseguridad
Si bien las ventajas que ofrece el Internet de las Cosas o IoT son importantes para facilitar la vida de los ciudadanos y la productividad de las empresas, es necesario, por otra parte, poder garantizar que los datos que se recopilen a través de estos dispositivos sean seguros. Tanto las empresas como los ciudadanos debemos saber que la ciberdelincuencia es una amenaza real. Esta seguridad pasa por la creación de redes seguras y actualizadas para evitar estos ataques, estar prevenidos y saber cuáles son los protocolos de actuación que hay que seguir para que nadie robe datos personales o de una empresa y realice negocio con ellos.
ITCL trabaja desde hace varios años en las posibilidades que ofrece esta nueva tecnología y asesora a las empresas en la implementación de la misma y en el análisis y gestión de los datos para que puedan obtener la máxima optimización del IoT. Esta tecnología es una de las que está presente en la revolución que supone la Industria 4.0 por lo que es necesario que las empresas conozcan qué significa IoT y cuál puede ser la mejor forma de implantarla en sus plantas de producción.